domingo, 17 de julio de 2011

Ella




Cuando iba por la calle con su mano entrelazada con la suya se sentía la persona más feliz del mundo.
Podía notar la textura suave de sus dedos recorriendo los suyos, acariciándole juguetonamente. Podía adivinar sus miradas de reojo, sonriendo, con sus mejillas sonrosadas que tanto le gustaban.
Y sólo pensaba en no tener que esconderse, en atreverse a abrazarla sin miedo a lo que pensaran los demás.
Porque lo único que le importaba era ella

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