viernes, 22 de julio de 2011

Vull tornar

Vull tornar a veure aquella mirada que m'observa amb desig, que em devora. Vull tornar a sentir com em xiuxiueges paraules a l'orella. Vull tornar a notar els teus llavis sobre els meus, suaus, tendres, vull notar com s'embelen, com juguen amb els meus. Vull tornar a notar les teves mans per tot el meu cos, recorrent-lo sense deixar cap centímetre, aprenent-se tots els racons de memòria.


No vull tornar a escoltar cap més paraula brusca, ni veure la teva mirada com defuig la meva, ni els teus llavis que s'aparten dels meus. No vull veure com gires la cara cap a una altra banda, ni com mires a terra quan et dic que vull que tornis.



Vull recuperar les teves carícies, les teves mirades, les teves paraules, els teus petons. 
Et vull a tu.

domingo, 17 de julio de 2011

Ella




Cuando iba por la calle con su mano entrelazada con la suya se sentía la persona más feliz del mundo.
Podía notar la textura suave de sus dedos recorriendo los suyos, acariciándole juguetonamente. Podía adivinar sus miradas de reojo, sonriendo, con sus mejillas sonrosadas que tanto le gustaban.
Y sólo pensaba en no tener que esconderse, en atreverse a abrazarla sin miedo a lo que pensaran los demás.
Porque lo único que le importaba era ella

domingo, 10 de julio de 2011

Corazones


Veía corazones por todas partes. Alegres, locos, tristes, ardientes, juguetones, sinceros, apasionados, gastados, libres... Cada uno era distinto, había tantos que por fuerza alguno tenía que encajar con el suyo. 
Pero, por más que lo buscara, no lo encontraba. 
En el parque, en el cine, en el trabajo, paseando por la calle, comprando el pan... Observaba todos y cada uno de los corazones que pasaba por su lado. Pero ninguno hacía latir con fuerza el suyo.
Hasta que un día miró al corazón que tenía más cerca. Y de entre tantos corazones, lo eligió a él

sábado, 9 de julio de 2011

La historia de Creta

Creta siempre había pensado que nunca encontraría a alguien que la comprendiera, que quisiera estar con ella, alguien con quien compartir su vida, alguien a quien no importaran sus dudas, sus miedos, que estuviera a su lado aún sabiendo todas sus rarezas.
Por eso se pasaba los días fingiendo ser otra, pero eso sólo lo conseguía virtualmente. Y cada día se aislaba más del mundo real. Charlaba con otras personas, les explicaba su vida, a veces de verdad y otras inventada, decía cosas que ella nunca diría, y cada día le costaba más reconocerse a ella misma.
Se llegó a creer que ya nunca podría ir a la universidad como quería, ni encontrar un chico que la quisiera de verdad, y que si algún día tuviera hijos, con aquellos miedos seguro que no conseguiría ser una buena madre.
Sí, se convenció que ya no podría ser la Creta que ella quería ser.
Hasta que alguien llegó de pronto, y de un día para otro, se instaló en su vida. Alguien que se había sentado en su misma clase cada día durante cuatro años, que había pasado a su lado todos los recreos, que salía con sus mismas amigas. Alguien a quien tampoco nunca se le habría ocurrido que podría convertirse en algo más. Y los lazos se entrecruzaron en pocos días, haciéndose fuertes semana tras semana. Y en unos meses este alguien había conseguido revivir a Creta. La hacía reír cada día, le daba ganas de levantarse y salir de casa. Y por primera vez en su vida, le hizo sentir mariposas en el estómago. Primero débiles, cómo unas cosquillitas. Y después fuertes, irrefrenables como un huracán recurriendo todo su cuerpo.
Y vino el primer beso. Y el segundo. Y el tercero. Y muchos más. Y allí su vida dio un giro brusco. Se deshizo de todos sus prejuicios, de sus miedos, y  por primera vez en su vida, se dejó llevar. Sólo hacía caso a lo que le decía su corazón. Hizo callar a la voz maldita de su cabeza, guiándose sólo por lo que le pedía su cuerpo. 

Tinieblas



Pensaba que ya no me daba miedo la oscuridad. Que había vencido el temor de estar sola, perdida entre las tinieblas.
Pero al mínimo descuido me volvía a caer.
Las sombras se ceñían a  mi alrededor, como un manto negro cubriendo el cielo, cada vez más oscuro.
Era una rendición; dejarse caer hacia un pozo sin fondo, del que quizás nunca lograria salir.
Diciembre 2010

¿Que le ha pasado a Creta?

Quizá algunos os estaréis preguntando: ¿Que le ha pasado a Creta?
Pues que se ha enamorado.
Sí sí, tal como lo leéis, enamorado con todas letras. Loca, perdida e irremediablemente.
No era cómo lo esperaba, nunca lo había imaginado así, pero ha ocurrido.
Y aún hay algo mejor; es correspondida.
¿Hay algo más bonito en este mundo que querer y ser querido?
 Febrero 2010